Eres tan guapa, que allí donde termina mi percepción de tu belleza comienza tu hermosura.
Estas tan lejos de mí, que no quiero ir tras de ti por temor a quedarme sin combustible para regresar a mi. Estas a la altura del cielo de mi cielo, tendré que morir para ir a mi cielo,
pero explícame como llego al tuyo si no puedo morir 2 veces.
La entonación de tu voz es tan dulce que quiero olvidar que soy diabético.
De haber sabido que el caviar resultaría tan difícil de adquirir,
me conformaría con las pica pica de mi entorno.
Soñaré contigo.
Soñare de ti.
Soñaré que soy pestaña y disfrutaré que lo seas también
cuando apaguemos juntos la luz de nuestros ojos.
Soñaré que despierto y que estas aquí,
y allí despierto,
he de abrazarte con ternura,
he de acariciarte con dulzura.
Acercas tus labios a mi oído
y siento un volcán de voluntades por no decir ganas de hacerte el amor apasionadamente y despacio.
Luego me dices que es un sueño y angustiado despierto,
angustiado,
sin ti,
sin mí y sin las cosas bellas que escribí.
Siempre pensé que estabas lejos de mí,
muy alto para mis aspiraciones,
pero hoy he descubierto que estas tan lejos,
que te pierdes de mi visión
y que excedes la profundidad de mi imaginación.
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